martes, 12 de junio de 2007

Allende en el poder (Segunda Parte)

Ya en 1972 se perciben los primeros indicios de la crisis económica y se registran incidentes con las compañías norteamericanas. A raíz del difícil escenario económico, las divisiones al interior de los conglomerados de la UP se profundizan. El ala más radical del Gobierno y el MIR proponen avanzar sin transar, mientras que Allende y el PC buscan un acercamiento con la DC. En agosto, se forma una alianza de los partidos de oposición, con miras a las elecciones legislativas de marzo de 1973. Las movilizaciones, tomas y huelgas aumentan, lo que tensa el ambiente. La UP acusa que hay un plan para desestabilizar el Gobierno y llama a formar comités contra el fascismo y la sedición. También se decreta estado de emergencia.

Así, en octubre de 1972, se inicia el paro de los camioneros, lo que agudiza la crisis sociopolítica. Por este motivo, se designa un nuevo gabinete, el que es integrado por militares. En diciembre, el Presidente Allende habla ante las Naciones Unidas denunciando la agresión de los monopolios internacionales contra Chile. Obtiene respaldo político y cierta ayuda económica de los países socialistas. Se agudiza la crisis económico-social. Se inician en EE.UU. tratativas para renegociar la deuda externa y pagar compensaciones a las compañías de cobre nacionalizadas. A pesar de los conflictos, la Unidad Popular consigue el 43, 4 por ciento de las preferencias en las elecciones parlamentarias. Sin embargo, la división al interior del bloque persiste, lo que se traduce en que Allende queda casi sin apoyo político. El primer semestre del '73 también se caracterizó por la profundización de la crisis, la inflación es alta, el desabastecimiento afecta a varias ciudades del país, los mineros de El Teniente comienzan una huelga que se extiende por 70 días y el 29 de junio se produce el frustrado intento del Golpe de Estado, conocido como El Tanquetazo. Debido a la precaria estabilidad nacional, el cardenal Raúl Silva Henríquez busca propiciar un acercamiento entre la UP y la DC, el que nunca se llevó a cabo. Para evitar una tragedia, el 10 de septiembre, el Presidente junto a sus colaboradores analiza la viabilidad de celebrar un plebiscito. Sin embargo, aquello no ocurrió jamás.

lunes, 11 de junio de 2007

Allende en el poder (Primera Parte)

En diciembre de 1970, el Gobierno de la Unidad Popular suscribe un acuerdo con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el cual busca ampliar la participación de los trabajadores. En este sentido, se fundó el Área de Propiedad Social (APS).
Durante los primeros meses del año siguiente, se acelera el proceso de la Reforma Agraria. Cumpliendo con lo propuesto por su programa, el mandatario inicia la nacionalización de 11 bancos y empresas, además de la distribución de medio litro de leche diario a cada niño, lo cual formaba parte de sus Primeras 40 medidas.
En marzo de 1971, comienzan los primeros problemas con el Poder Judicial. Además, las relaciones con la DC se hacen cada vez más tensas.
A pesar de lo anterior, la Unidad Popular aumenta su votación en los comicios municipales de abril de dicho año, donde obtiene el 51 por ciento de las preferencias.
Otra de las medidas adoptadas fue el traslado del Poder Ejecutivo a Valparaíso por un lapso de tres meses.
Como es tradicional, el 21 de mayo de 1973, el Presidente se dirige al Congreso Pleno para dar su cuenta. En la oportunidad pronuncia el discurso conocido como La vía chilena al socialismo, el que alarmó a la derecha.
El 15 de julio, el Congreso aprobó la nacionalización del cobre. Éste fue el inicio del proceso de nacionalización de riquezas básicas, lo que causó un enorme impacto a nivel mundial.
En agosto de ese año, Allende realizó una gira por diversos países sudamericanos, entre los que figuraban Perú y Argentina. En esta última nación se reunió con su homólogo trasandino, Alejandro Lanusse.
Con el fin de aumentar la participación de los trabajadores, el Ejecutivo presenta un proyecto que contempla la creación de tres áreas de propiedad: social, mixta y privada. La iniciativa es rechazada por el Congreso y la DC propone otro plan. Las diferencias en esta materia serán las que quebrarán definitivamente las relaciones entre la UP y el falangismo.
Quizá la visita más significativa durante la administración de Allende fue la del mandatario cubano, Fidel Castro. El arribo del jefe de Estado caribeño fue espectacularmente cubierto por los medios de prensa chilenos e internacionales. Castro estuvo en Chile hasta el 4 de diciembre de ese año.
La estadía del líder revolucionario coincide con la marcha de las cacerolas vacías, efectuada el 1 de diciembre.

domingo, 10 de junio de 2007

Allende electo



Una vez electo Salvador Allende, arribaron a nuestro país activistas cubanos, rusos, norcoreanos, etc. y la afluencia de miles de terroristas deportados de Perú, Venezuela, Colombia, España, etc. Enseguida comienzan los actos de violencia, la incautación de empresas, la ocupación de predios agrícolas y urbanos por la fuerza, y más tarde los asesinatos de corte político. Chile comienza a ser irreconocible.
La Contraloría General de la República, decreta que la expropiación de las empresas textiles, es ilegal y que debe devolverse a sus dueños. Allende no acata esa resolución. Tampoco acatará algunos mandatos constitucionales, ni hará caso cuando el Presidente del Senado, o el de los Diputados le advierten que está saliéndose de la legalidad. Algunos campesinos acuden a Allende quejándose de la ocupación de sus fundos por gente armada. Los Carabineros tienen orden de no desalojar a los que se apropian de tierras. Tres meses después de su elección, a finales de diciembre de 1970, ya hay 5,700 viviendas urbanas y más de cien haciendas agrícolas, ocupadas por la fuerza. Y eso seguirá en aumento. La Corte Suprema de Justicia protesta y al final le escribe una carta pública donde le dice, quejándose "por enésima vez" de que las resoluciones judiciales contra la usurpación de propiedades no se cumplan por orden del Ejecutivo.
Los Generales en retiro también le escriben una carta pública recordándole que las Fuerzas Armadas deben hacer respetar la Constitución y las Leyes y que si el Presidente insiste en la actuación fuera de la legalidad, sitúa a las FFAA en la obligación de deliberar. Es el primer aviso militar.
Pero a lo largo de esos tres años de pesadilla, lo más sublime, hasta un grado casi increíble de esperanzas democráticas, fue la pacífica y creciente resistencia civil, desfilando al grito de ¡Chile es y será/ un país de libertad! y tratando de que Allende congelara la revolución y se decidiera a gobernar por la vía pacífica.